Compartimos la entrevista que Iuris&Lex, la revista jurídica digital de elEconomista, le ha realizado a José Luis Roales, presidente de la Asociación Internacional de Abogados Laboralistas.

Uno de los grandes problemas que se plantean en el ámbito laboral en España, pero también en la Unión Europea (UE), es el desincentivo sobre el trabajo que supone la fiscalidad, que además penaliza a los autónomos. «Al hablar de reforma laboral hay que pensar en reforma fiscal», afirma José Luis Roales, presidente de la Asociación Internacional de Abogados Laboralistas en una entrevista publicada en Iuris&Lex, la revista jurídica digital de elEconomista.

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Sin embargo -matiza el letrado-, que aunque en Francia la fiscalidad de las rentas del trabajo es muy elevada, el sistema favorece el fichaje del talento a través de exonerar fiscalmente durante determinado tiempo a los directivos residentes en otros países -incluidos los de empresas americanas-, que se instalan en Francia. «Y hay pensar que el trabajador puede elegir en qué país se sitúa y, por tanto, dónde paga parte de su renta».

En la UE no hay armonización impositiva y en Irlanda y el Reino Unido es notablemente más baja que en España y Francia. «Esto quiere decir que nuestro sistema fiscal compite con el del resto de los países comunitarios. En Irlanda el desempleo es del 5 por ciento y las demandas de trabajo encuentran respuesta, cosa que no ocurre en España. Las cosas no suceden por casualidad», añade Roales.

Universidad y empresa

Señala Roales que España es un país muy diferente a otros de la UE, porque si bien priman la hostelería y la construcción en el empleo, «hay zonas que han logrado una gran especialización y tienen gente muy formada, como ocurre, por ejemplo, con Cataluña. Lo mismo sucede con empresas de algunos sectores, como el sanitario, en el que se exporta a todo el mundo, o el de energías renovables donde España es una potencia. Estos profesionales están muy bien formados, pero luego hay una multitud de sectores muy estacionales, que precisan poco valor formativo. A nadie se le escapa que España es una potencia de primer orden en turismo».

Esta situación hace que muchos jóvenes abandonen los estudios para trabajar en la hostelería o la construcción, lo que ha elevado las cifras del paro hasta niveles impensables con la crisis y, al mismo tiempo, la formación técnica y uni- versitaria de muchos jóvenes no encuentra salida en España. Más del 80 por ciento de los contratos corresponden a eventuales, de interinidad y a contrato por obra. No hay contratos para la formación, ni contratos de prácticas, lo que supone que las universidades no forman a quienes deben ocupar los puestos demandados por nuestro mercado laboral.

«Estamos realizando un estudio en Francia para una empresa que quiere situarse allí y la primera condición es que la localización esté cerca de centros formativos, ya que existe una intensa relación entre la empresa y la universidad, cosa que aún está muy lejos de suceder en España», lamenta Roales.

Los países con los mayores niveles de empleo de la UE, donde el paro no sobrepasa el 4 por ciento -Holanda, Luxemburgo o Irlanda- cuentan con unas cotizaciones sociales más bajas que en la mayoría de los países comunitarios y brindan mayores servicios.En Holanda y en buena parte de los países nórdicos, el Estado del Bienestar se sufraga con impuestos. En Francia, por ejemplo, las cotizaciones suponen un 45 por ciento del salario del trabajador. «Alguna lección se puede sacar de esta situación», concluye el presidente de la Asociación Internacional de Abogados Laboralistas.

Fuente eleconomista.es